Adiós a Eusebio, el terror de los 60

Portugal está de luto por Eusebio, un grande que se ha ido, y España mira su duelo con un respeto enorme. Recuerdo dos goleadas sufridas por el Madrid ante el Benfica en Copa de Europa, 5-3 en la final de la séptima y 5-1 en cuartos de final de la undécima. Los peores berrinches del Madrid en la época. Dos goles suyos en cada caso. Era un interior incontenible, que llegaba de atrás con una potencia desconocida y tenía un terrible disparo. Jugador noble, que encajaba las patadas del inglés Stiles con más flema que nadie y que regañó a su compañero Morais cuando lesionó a Pelé en ese mismo Mundial.

Si sería bueno, que cuando el Inter se lo quiso comprar al Benfica, el presidente-dictador de Portugal, Oliveira Salazar, le impidió salir. Le invitó a comer a su residencia, para explicárselo: -Compréndalo. Usted no puede irse. Usted es un Bien de Estado. -Si yo soy un Bien de Estado, ¿por qué tengo que pagar impuestos? Así que se quedó en Portugal, pagando impuestos. Contribuyó a la mejor actuación de nunca de Portugal en la Copa del Mundo, en 1966. Portugal fue tercera y él, máximo goleador y mejor futbolista del torneo. Antes, en 1965, había ganado el Balón de Oro.

Nacido en Mozambique, había llegado al Benfica tras pulso entre este club y el Sporting que duró meses, un caso Di Stéfano a la portuguesa. El Benfica le tuvo escondido en el Algarve las muchas semanas que duró el peloteo jurídico. Ganó la partida y le tuvo desde 1961 hasta 1975 cuando, ya mayor, salió con una rodilla destrozada a hacer un último dinero en Estados Unidos y México. Le apodaron ‘La Pantera Negra’ y fue el anuncio del gran potencial futbolístico natural que encerraba el África Negra. Un grande entre grandes. Un inmortal. Su estatua vigila la entrada del estadio de su club, el Sport Lisboa e Benfica.