¡¡¡Pepenbauer!!!

3 puntos de oro. Si jugando regularcillo (un sí es no es), con mi admirado CristianOROnaldo sin el punto de mira tan fino como acostumbra por culpa de aquella lesión muscular de Almería, con el indultado Di María usurpando el sitio de Isco en una decisión muy cuestionable de Ancelotti y con Bale más perdido que la madre de Marco, el Madrid se va al viaje del ecuador de la Liga a sólo tres puntos de Atleti y Barça, esto barrunta un happy end cuando llegue la primavera. Misión cumplida en Cornellà. Se trataba de ganar como fuera, ajustar la cumbre de la tabla hasta incendiarla y volver a depender de sí mismos. Ganando al Atleti en el Calderón (1 de marzo) y al Barça en el Bernabéu (22 de marzo), la Liga 33 estará en el bote. Esto es pura psicología. Si yo fuera Simeone o el Tata Martino miraría por el retrovisor desconcertado. ¿Qué hay que hacer para rematar a estos tíos del Madrid? Sin hacer ruido, los boinas verdes de Carletto van superando sus guadianas y ven que les basta con no volver a cometer errores tontos en sus desplazamientos. O que Undiano hubiese pitado el penalti de Mascherano a Cristiano. Ancelotti echa números y sale mejor parado de lo que puede creer la gente. Esos 47 puntos están a sólo dos de los 49 que llevaban los blancos en su Liga de los Récords (2011-12). Al loro, que no estamos tan mal...

Pepe, un coloso. Les voy a contar una historia que tiene a Pepe y el estadio del Espanyol como grandes protagonistas. El pasado mes de mayo, el central portugués dijo tras un Madrid-Valladolid que Casillas merecía un respeto y que no era justo lo que le estaba pasando. Mourinho se lo tomó como un ataque personal y decidió en el partido siguiente (Espanyol-Madrid) pasarle factura a Pepe. A pesar de que era un partido insustancial (la Liga estaba perdida desde hacía medio año), alineó de titular a Varane. A Pepe lo dejó en la grada, para mayor escarnio. Varane jugó de lateral derecho y tuvo la desgracia de lesionarse... hasta hoy. El chaval nunca debió jugar ese partido (por eso se perdió la final de Copa) y sí Pepe. Pero éste es una roca y ha sabido sobreponerse a todo. Anoche, en el mismo escenario, estaba abajo, en el pasto, para golear con su apasionada cabeza y poner rumbo al título. Desde que se dejó crecer el pelo, todo es mejor para Pepe. Está que se sale. Nadie le recuerda una sola ida de olla. Está maduro, líder, buen compañero y encima mete goles. Lleva tres, su mejor registro en un curso desde que está en el Madrid. Lo celebró besándose el escudo. Pepenbauer es auténtico.

El factor Aguirre. La ausencia en el banquillo del Vasco se notó demasiado en un Espanyol poco reconocible. Fue un equipo muy distante de aquel once hambriento y corajudo que tumbó al Atleti de Simeone aquí mismo hace unos meses. Ni con 0-1 salieron de la guarida del inspirado Kiko Casilla...

¡Ánimo Cristiano! Ahora que no le entran es cuando más quiero mostrar mi apoyo al que hoy se proclamará Balón de Oro en Zúrich. El fútbol va a hacer justicia por fin con este deportista espectacular. Cristiano no tiene límites y por eso ayer tenía un poso de tristeza. Quería ayudar con sus goles al equipo para sufrir menos en Barcelona. Pero no te engañes, campeón. Eres el número uno. Y punto. Me lo trasladan felices mis amigos de la Peña El Mejor Club del Mundo de Peñarroya (Córdoba), el japonés Bando (gran vikingo) y el maestro Ángel Montoro Pérez. A tres puntitos, señores...