Una parábola del evangelio cuenta la historia de una boda donde el mejor amigo del novio es tan humilde que se sienta al final de la mesa cuando un invitado cualquiera se permite escoger el mejor lugar. Al final, el novio pone a cada uno en el sitio que le corresponde. Halagando al primero y humillando al segundo. De ahí deducimos que cada persona debe saber cuál es su lugar. Es la mejor manera de sentirse legítimo. Con esta cifra de 500 victorias como entrenador que Carlo Ancelotti puede alcanzar hoy en Sevilla, se puede afirmar que el italiano se encuentra en el sitio adecuado. En el Madrid.

Me decía Butragueño que Di Stéfano había sido el jugador más importante de la historia del Madrid no sólo por sus cualidades futbolísticas sino también por el espíritu que había dejado en herencia. Con él, este club se había convertido en ganador. Y no podía dejar de serlo nunca. Lo que llamamos el famoso “ADN madridista”… Los perdedores o incluso los que dudan de que, por ejemplo, se pueda triunfar en el Camp Nou (todavía recuerdo con espanto aquella declaración de Bernd Schuster cuando ocupaba el banquillo blanco…) no están a la altura del Madrid. Carletto y su currículum de 499 victorias… ¡lógicamente sí!