Siete puntos para el Madrid, según esas cuentas ‘modelo Boskov’ que a veces les he explicado: tres que ganó más los cuatro que perdieron, a dos por barba, Barça y Atlético. Los tres aspirantes entran en la segunda vuelta de la mano, sólo que el Madrid viene de menos a más, al revés que los otros. “Caballo que alcanza suele ganar”, se dice en los hipódromos. El Madrid llegó a verse a distancia preocupante, ahora está ahí. El Levante primero y el Sevilla luego levantaron dificultades a los dos líderes, a los que además esta vez les faltaron los goles de sus jugadores franquicia, Messi y Costa. Cristiano sí marcó...

El Barça salió algo cómodo y despistado, y como alcanzó su empate tan pronto tardó más de la cuenta en inquietarse. Lo hizo ya en la segunda mitad y entonces chocó con un Keylor Navas fenomenal. Un portero estupendo, traído a nuestro fútbol desde Costa Rica por el Albacete, atendiendo a una buena recomendación de Gabelo Conejo, aquel porterazo de los mejores años del club manchego. Keylor estuvo cumbre ayer, pero hay que repartir su mérito con el de Caparrós (el paciente mordió al dentista esta vez) y el resto del equipo, que cumplió el plan. Sin olvidar que el Barça no termina de pitar...

Después, el Atlético se dejó empatar un partido esforzado, en el que le pitaron el primer penalti en contra en 63 partidos de Liga. Los buenos oficios de Cerezo en la Federación rinden su fruto, pero nada es eterno. Partido interesante, en el que se vio al Atlético de siempre, con la salvedad de la sequía de gol de Diego Costa, seguro que pasajera, y con un Sevilla enfrente en el que Unai Emery está fraguando un buen proyecto. Ya advirtió Simeone que la segunda vuelta le iba a costar más al Atleti, porque los rivales toman ahora menos riesgos. En fin, la Liga en un punto, con 54 en juego por delante.