Messitello, nueva forma de llover

Miguel Mihura, el dramaturgo, y su amigo Bagaría, que cultivaba el humor gráfico, se juntaban en El Sol, el periódico líder de la República. Hacían chistes. Uno de esos chistes representaba a dos personajes que se protegían de una enorme gota de agua. Uno le preguntaba al otro: “¿Y eso qué es?” Respondía el otro: “Es una nueva manera de llover: en lugar de que llueva todo el día cae una gota enorme y ya está”. Pues eso pasó anoche: Messi se juntó con Tello y entre los dos crearon un Messitello, que es como una nueva manera de llover: en lugar de que se entretuviera toda la delantera en una especie de lluvia fina, los dos delanteros, el uno con clase y el otro con esqueleto, inventaron un nuevo modo de avasallar al contrario.

Fue un regalo triple de Messi al joven delantero, pero fue sobre todo una forma de aliviar al Barça de la modorra; si Messi no se saca de la espalda el peso del cansancio que el equipo produjo en los primeros 45 minutos, si no hubiera practicado esta ducha escocesa, el Barça hubiera reclamado un internamiento en un taller de irrecuperables. Esa conjunción mágica, el Messitello, es una nueva manera de llover, y el Levante salió inundado.