El Madrid hace cortos muchos de sus partidos

Salir bien. La salida es más importante cuanto más corta sea la carrera y el Real Madrid tiene la virtud de hacer muy cortos muchos partidos. Una buena puesta en escena se le clava de punta a un rival inferior, atormentado por el anunciado arrastre. En la salida del partido el equipo de Laso compareció aplicado, con la camiseta bien metida bajo el pantalón y dispuesto al sacrificio por resolver cuanto antes. Defensa y Mirotic como primer tratamiento contra un rival que lanzó nueve triples en el primer cuarto y metió solo uno. Rudy puso cara de mirar con hambre y anhelo el que podría ser su tercer MVP en la Copa. Con una salida así se puede entrar andando en la meta, como Usain Bolt. Lo equivalente en baloncesto puede ser dar dos alley-oops en un minuto, como Sergio Rodríguez. Si el Madrid monta los raíles adecuados, con la separación exacta entre sí, se embala como un AVE. Como un AVE español con wifi, lo nunca visto.

Viernes en Málaga. Será hoy un viernes de esos malagueños, de pasión para unos y de dolores para otros. Valencia y Laboral Kutxa se juegan mucho. Dolor más que calvario arrastra el público local porque Unicaja sucumbió contra un CAI que se mete en semifinales, como ya hizo en la Liga pasada. Un equipo rico en variantes y opciones que tiene el peligro en el silencio, en su silbido bajito. El Iberostar Tenerife vivirá una procesión de encarnación y premio por la experiencia mientras madura la idea del fichaje de Papadopoulos, aquel pívot que fracasó en el Madrid con un contrato de dos millo­nes de euros por año. El Bar­ça es tan favorito que su objetivo es desgastarse lo menos posible.

Quise y no pude. Los malos tiempos para la ACB muchas veces se apoyan en pedestales ajenos, cuestionando lo que no se recibe. Que si falta atención o interés, que si el fútbol es disuasorio o que no se informa en los medios. Pero un día que uno va en su busca, en concreto para ver en directo desde Madrid un cuarto de final de la Copa, las trabas son peores que en el nivel 70 del Candy Crush. Con despliegue de teléfono y tablet de última generación, televisión y ordenador de sobremesa perseguí la señal del Unicaja-CAI a la hora del inicio del partido, siendo cliente de Orange y disponiendo del abono de Canal+ Total. Pasé por páginas piratas y por las webs de todas las televisiones autonómicas. La que no te pedía flash te pedía Adobe y la que tampoco se metía en eso te exponía el problema de la geolocalización. Mitad desesperado y frustrado bajé los brazos, cosa que no hizo ni el Herbalife en el primer partido de cuartos. A Kuzminskas le dio tiempo a meter 18 puntos en ese rato, sin fallo. Y todo era un fallo en el enlace entre mi deseo, mi tecnología y el partido. Acabé con la radio y el play by play, como hace quince años. Leyendo la lucha de Zoran Dragic y los triples de Rudez.