Todos los que habíamos oído hablar de un chaval canario que la rompía en las inferiores del Madrid sabíamos del potencial de Jesé, pero su evolución nos está sorprendiendo incluso a los más optimistas. Entiendo que Ancelotti opte por la prudencia para impedir que el chico se pueda crecer, pero de ahí a ser injusto media un abismo. El canterano, al margen de la ausencia de Cristiano Ronaldo, se ha ganado a través del fútbol un puesto en el once titular y el Bernabéu no entendería que el técnico italiano no le diera continuidad. La afición blanca no regala una ovación porque es exigente y está acostumbrada a lo mejor, por eso tiene tanto mérito que Jesé se haya metido al público en el bolsillo casi a la primera. Cuando el canario afirma que se ve en cuatro años peleando con los mejores no es un síntoma de prepotencia sino de fe ilimitada en sus posibilidades. Jesé se tiene fe con razón porque si continúa con esta evolución su techo será el que él quiera.

Físicamente es un superdotado, tiene muchos recursos para hacer gol y ha dejado atrás pecados de juventud que le llevaron a cometer algunos errores cuando estaba en la cantera. Si sólo tenemos en cuenta el fútbol, ahora mismo el canterano es titularísimo en el Madrid y La Roja y Del Bosque le están esperando ya...