Final copera de gala servida en vajilla cara

La final esperada. Servida en vajilla cara para comensales con grandes galas queda servida una final de Copa determinada por presupuestos, historia y el trazo del sorteo. Madrid y Barça se miden 42 días después de su último duelo. El equipo de Xavi Pascual ha mejorado desde aquel partido en el que el Madrid metió 98 puntos, se fue doce puntos arriba al descanso y los supo administrar con posterioridad. El Barça tratará de endurecer su defensa (Sada, Oleson, Papanikolaou…) para generar un ambiente de juego más propicio a su interés. De cualquier manera la clave puede estar en la producción en la pintura de Tomic y Lorbek. Las actuaciones de Krstic y Kaun (CSKA) en la única derrota del Madrid de esta temporada y los partidos de esta semana de los pívots rivales Tavares y Shermadini dan para un debate y para que los rivales puedan rascar en una grieta, como Eastwood en Fuga de Alcatraz.

Las tres columnas. El Madrid parece infranqueable para equipos inferiores debido a su orden de batalla. Su ejército lo componen tres unidades que igualan el frente y el fondo. Una primera columna, la del quinteto titular, parece dispuesta y diseñada para el baloncesto en estático y el desgaste del rival por su músculo, defensa y estatura (Llull de base, Darden, Bourousis). Frente al CAI el equipo empezó fallón con la excepción de Rudy, anotando solo un 31% de sus tiros. La segunda columna, en el segundo cuarto, viene liderada por un kamikaze. Sergio agarra suplentes o titulares fatigados y los tritura. Le acompañan generalmente en esos minutos un gladiador como Reyes, un ogro como Slaughter y un tirador como Carroll. El base canario coloreó el ataque del Madrid, que en el segundo cuarto metió un 65% de sus tiros y rompió definitivamente el partido. El CAI perdió 15 balones en dos cuartos, pero en este caso muchos de los errores vinieron forzados por una defensa blanca cada vez más iracunda y avispada. En la tercera columna sale Draper mordiendo, con Llull de escolta. Sólo siendo muchos, grandes y bien armados se puede librar una batalla contra ellos.

El calendario azulgrana. Decía Xavi Saisó en El Larguero de la SER el viernes que Navarro había marcado en su calendario el partido de semifinales contra el Valencia. El caso es que el escolta catalán estiró, calentó muñeca y metió tres triples cuando el partido aún no llevaba dos minutos. Le debía haber enseñado el calendario a Tomic y a Papanikolaou, que sumaron entre ambos otros 14 puntos sin fallo en el primer cuarto. El Valencia, con más banquillo que el CAI, tiró del orgullo y la rebeldía de Sato para remar contracorriente y evitar que el partido se cerrara antes de los 40 minutos. El equipo de Perasovic anotó 33 puntos en el último cuarto y le dice un “hasta pronto” al Barça, corriendo a buscar un calendario donde marcar las fechas de las semifinales de Liga.