El Bernabéu añora a Isco

El rigor táctico con el que Ancelotti ha logrado que Diego López viva plácidamente casi todos los partidos está dejando un daño colateral grave: privar a los amantes del buen fútbol de ver con regularidad a Isco. El 4-3-3 ha dejado al malagueño en un papel residual muy por debajo de la pasta que se invirtió en él y de su jerarquía como futbolista. Es verdad que su contrato es largo y vendrán tiempos mejores, pero es normal que el chico ande algo deprimido viendo la poca bola que le da su jefe. Ancelotti, a diferencia de lo que ha hecho con otros compañeros, no se ha estrujado los sesos para hacerle un hueco en el once y eso le ha afectado anímicamente. No le cabe en su sistema y le ha quitado, punto.

Isco tiene las dos cosas más importantes para terminar abriéndose sitio en el equipo. Una calidad muy por encima de la media y el cariño evidente de una afición que entiende mucho más de talento que de combinaciones numéricas y esquemas tácticos.