Schuster incendia Málaga y Keylor Navas para sin dormir

Crisis blanquiazul. El Málaga está hirviendo. La afición gritó el “Schuster, vete ya” y El Día Después mostró unas imágenes con el alemán frustrado. Un par de gestos despectivos y un “a tomar por culo” han encendido la mecha: 150 aficionados pidieron su marcha en el entrenamiento del martes y la Federación de Peñas ha pedido una rectificación pública. Los capitanes del equipo, Weligton, Duda y Willy Caballero, comieron ese mismo día con el director deportivo, Mario Husillos, para apagar el incendio. Schuster tiene dividido al vestuario, donde sólo un pequeño grupo cree en sus ideas. Los jugadores, sin embargo, sí trabajan. Los preparadores físicos, de hecho, manejan datos y niveles de intensidad (a través del programa Amisco) mejores que el año pasado. Lo único que ha cambiado, y de eso no tiene la culpa Schuster, es la calidad de los futbolistas.

Gesta. Por primera vez en la historia a estas alturas de Liga, el Levante está por delante de su eterno rival. En la temporada 63-64, Levante y Valencia llegaron a la jornada 26 igualados a puntos. El Levante de los milagros, con unos 70 millones menos de presupuesto, aventaja en un punto a los che y es capaz de logros increíbles. Su portero, Keylor Navas, dejó la portería a cero ante Osasuna sin dormir. La noche anterior había sido padre por primera vez (Mateo se llama la criatura) y llegó al estadio en vela.

Goleador. Semana dulce para Aritz Aduriz, que ya puede presumir de ser el primer jugador del Athletic en hacer un hat-trick en el nuevo San Mamés. De hecho, ningún rojiblanco había logrado un triplete en casa desde Ismael Urzaiz. Fue en 1997. Diecisiete años después, el tudelano capta talentos en Lezama como agente de jugadores.

Derechos. Y ya que anoche se jugó el partido homenaje a la AFE, un guiño a los futbolistas. El martes se cumplieron 35 años de la primera huelga general de jugadores. Una huelga de botas caídas que dejó la Liga sin jornada una semana. El sindicato, presidido por Asensi, reivindicaba cotizar por fin en la Seguridad Social y, sobre todo, que se aboliese el famoso “derecho de retención” de los jugadores. El Castilla-Sabadell programado para el sábado no se jugó y el domingo los campos estuvieron vacíos. Ha habido más huelgas (1981, 1982, 1984 y 2011) pero ninguna como la primera.