Los combates medievales

El debate está servido: ¿Es deporte el combate medieval? Según la Real Academia Española, sin duda, incluso en sus dos acepciones: 1/ “Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas”. 2/ “Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre”. Otra cosa es la ferocidad y brutalidad que se desprenden de los combates (pueden verlos en as.com), pero comprobado que las armaduras son a prueba de bomba y que no existen daños físicos apreciables, el tema se puede retomar. ¿Es deporte? Pues, desde luego, más que algunos, sí. El bridge, por ejemplo, reconocido como deporte por el Comité Olímpico Internacional (COI) nada menos.

Este reconocimiento ha sido puesto precisamente de manifiesto por la Unión Inglesa de Bridge, que recurrió a la justicia después de que las autoridades fiscales se negaran a reembolsarle el IVA con el que se gravaron las entradas en las competiciones celebradas entre 2008 y 2011. Pues si el COI reconoce el bridge como deporte, el combate medieval puede encajar en un marco parecido al de las artes marciales. Algo tiene a su favor: a nadie deja indiferente. Se requiere fuerza, por supuesto, pero no exenta de técnica, tanto para evitar las caídas como para provocarlas. El caso es que con reconocimiento o sin él, los combates medievales ya están en marcha, unos españoles se han apuntado a ellos y Juan Gutiérrez se los presenta.