Messi y el desencanto. En los buenos momentos del Barça está Messi, en los malos se le busca igual. Es el precio de ser la estrella de un equipo. Y hoy los focos estarán de nuevo sobre él. Y sus rivales. Aparece menos en el área y es por las marcas individuales y el aprendizaje de las defensas: los centrales se cierran, los laterales con ellos y los extremos bajan a la ayuda. Barreras que crean dificultades y el argentino se retrasa más y más. Pero es el mismo que ha marcado en todos sus partidos de esta edición de la Champions, el poseedor de la llave que cambia la tendencia del pesimismo al optimismo en el Barcelona.

Amenaza Kun. Es baldío pensar en qué hubiese sucedido en el Etihad de haber jugado Kun Agüero. O si afectará la eliminación de la FA Cup ante el Wigan al equipo de Pellegrini. Los equipos se rehacen en plazos de horas y más con la motivación de llegar a cuartos por primera vez. El equipo cambiará por la baja de Demichelis en la defensa. Y el regreso de Sergio Agüero. El primer partido en España después de tres temporadas de su salida del Atlético. Y llega con cuatro partidos disputados, algo más de 380 minutos y seis goles. Un promedio de un tanto cada 60 minutos al que aferrarse para remontar el 0-2 de la ida en el Etihad.

Verratti. El PSG está en la siguiente ronda (no se prevé una catástrofe ante el Leverkusen). Sólo una derrota en esta Champions, casi tres goles por encuentro y el Parque de los Príncipes no ve una derrota desde 2006. El proyecto del equipo francés ha crecido al ritmo de Marco Verratti. Favorito es una de las palabras a la que se han acostumbrando, pero también a la presión. “Si juegas sin presión pierdes objetivos y puedes relajarte, mejor jugar con ella”, ha dicho el centrocampista italiano. Añadiría fiable, porque no sucumbió a la tentativa de Ancelotti de traerle a España o la del Barcelona con Thiago Silva. Las opciones de título motivan a los jugadores y en París tienen motivos para creer.

Grazie di tutto. Luciano Spalletti despedido y el Zenit le da las “gracias por todo”. Dos títulos de liga rusa y dos veces mejor entrenador del año (2010 y 2012) le habían mantenido en el cargo. Con el 0-0 en casa contra el Tomsk han cedido el liderato al Lokomotiv y ha sido despedido. Con 10 jornadas por delante aún había margen para recuperarlo. Así que suena más a cambio de rumbo que a castigo por otro fracaso en Liga de Campeones a pesar de la inversión económica. El nuevo proyecto lo dirige Serge Semak, excapitán de la selección, que estará en el banquillo ante el Dortmund.