Una derrota en mala hora

El Madrid ha abierto una nueva rivalidad con el Bayern Munich. Ahora, en el baloncesto. Al equipo alemán no es que se le pueda considerar un rival directo, al menos de momento, pero ayer, además de cosechar ante él la segunda derrota de la temporada, le dejó vivo en la Euroliga, cuando este Madrid se caracterizaba por no hacer prisioneros. Mas lo peor no es eso. Es la lesión de Rudy y también los efectos que pueda tener un resultado inesperado ante la visita, el próximo jueves, del CSKA. Se trata de una ocasión magnífica para que el Madrid se pueda vengar de la derrota en Moscú ante, éste sí, un rival directo, pero la posibilidad de que volvieran a vencer los rusos crearía demasiadas dudas, porque supondría un segundo revés consecutivo.

A falta de los dos títulos que restan para resolver la temporada en la que se encuentra inmerso el Madrid —Liga y Euroliga—, en el calendario del equipo figuran tres fechas en rojo. Tres fechas en las que se hace necesario ganar para que la extraordinaria racha del Madrid no se quede en simple anécdota. Son la del próximo jueves en el Palacio, la del 27 de marzo en Tel Aviv frente al Maccabi y la del 11 de mayo en el Palau ante el Barcelona. Tres compromisos enormes donde el Madrid pondrá en juego su crédito. De momento, el Bayern se lo ha restado un poquito, pero ahora tiene que vérselas ante rivales directos que comienzan a ponerse a punto para la disputa de los títulos. La hora de la verdad se aproxima, y ha llegado la segunda derrota.