El Málaga ha cambiado. Hace un año jugaba la Champions y eliminó al poderoso Oporto. Ahora anda justo de fuerzas y aprovecha la visita a La Rosaleda del mejor Real Madrid en mucho tiempo para extrapolar su imagen. El club ha sacado una campaña publicitaria a propósito de este partido donde se apela a que “sólo se puede ser de un equipo”, buscando el apoyo de la provincia a los colores blanquiazules que andan muy necesitados de cariño. Hay una realidad. Málaga es malaguista. Normal. Pero en estas tierras, la gente adora al Madrid. Son dos equipos que han convivido, pero nunca han observado antagonismo. El malagueño suele ser madridista y el madrileño del Madrid tiene al Málaga como uno de los suyos.

El Málaga no necesita hacer una campaña en contra del sentimiento merengue de muchos malagueños para concienciar a su gente de la importancia del duelo de hoy. Digan lo que digan, un Málaga-Real Madrid es, en estas tierras, el partido más esperado. Una fiesta. No es casualidad que en esta provincia ya se ubiquen más de 55 peñas blancas. Hoy, los malagueños desean ganar y seguir en Primera. Y a partir de mañana apoyarán a muerte al Real Madrid para que sea campeón de Liga.