De Cristiano Ronaldo a Diego Costa

El Madrid salvó en Málaga lo que llamamos ‘un partido trampa’. Ya saben, esos partidos que los favoritos se encuentran de cuando en cuando ante un rival supuestamente débil pero venido a más y motivado. Y que, por contra, el grande tiende a afrontar con exceso de confianza o falto de atención. En el de Málaga se daban todas esas condiciones: el Málaga va a más, el Madrid venía de una semana inactiva, cosa rara, tiene a la vista el sencillo partido del Schalke y, más allá, como la gran preocupación del mes, la visita del Barça. Sí, se daban todas las condiciones. Y de hecho el Madrid jugó mal.

Pero lo salvó. Así como el Barça cayó en Valladolid en partido de estas características, el Madrid sacó el suyo con el consabido gol de Cristiano, que nunca falta, y con el denuedo defensivo con que se empleó la mitad trasera del equipo. La media no armó el juego como suele, tuvo imprecisiones y durante la segunda mitad estuvo a merced del Málaga.Pero los remates se produjeron en el otro área. Las pocas veces que el Madrid se desplegaba, la cosa terminaba en buena parada de Willy Caballero, generalmente a remate de Cristiano, siempre él. Sin embargo, Diego López tuvo poco trabajo.

Así que el Madrid se acostó con el Barça a siete puntos, obligadísimo como nunca a ganar su partido, en el que tendrá a Osasuna enfrente. Al que no despega el Madrid ni con agua caliente es al Atlético, que no tiene a Cristiano Ronaldo, pero sí  a Diego Costa. Ayer marcó otro golazo y con él levantó a una afición que entró en buena parte tarde y algo cariacontecida, después de ver en los bares de la zona lo estéril del dominio del Málaga. ¡Ay, si hubiera llegado el empate! No llegó, no, pero a cambio el Atlético les ofreció otra victoria, la número 21, ¡qué barbaridad! en 28 jornadas. No, el Atlético no se rinde.