Hemos podido pasar un rato estupendo con Álvaro Bautista en su visita a la estación de ITV que ha puesto en marcha otro campeón como Ángel Nieto. Dos generaciones de pilotos con la misma pasión por este deporte, aunque ahora cada uno a un lado de la barrera. Aprovechando la ocasión hubo tiempo para ciertas reflexiones sobre el inminente arranque del Mundial en Qatar, todas interesantes y reveladoras, aunque me quedaría con una del talaverano. “Desde que salimos el viernes a la pista en los primeros libres, Márquez nos ha obligado a ir a tope en cada instante”, explicaba. Es decir, el rendimiento del campeón vigente de MotoGP, su exigencia máxima en todo momento, ha servido para impulsar a todos aquellos rivales que quieran plantarle cara.

Da la impresión de que antes de la llegada del huracán Márquez la vida podía ser un poco más cómoda en la categoría reina (si es que puede serlo de algún modo volando a 350 km/h en ñas rectas o tomando curvas a doscientos). Lo que sí parece indiscutible es que es influencia resulta positiva para el campeonato, para el espectáculo y el interés. Los aspirantes a las victorias e incluso a los podios deben apretar los dientes para no perder comba, lo que a su vez tiene un efecto cascada en quienes les siguen. Si Bradl, Dovizioso, Crutchlow, los Espargaró o, por supuesto, el propio Bautista pretenden tener opciones a esas posiciones de cabeza no les queda otra que dar el salto de calidad al que ha obligado el ilerdense. Y eso, como digo, creo que es beneficioso para el propio deporte.