Balecidio en Sevilla

Palo durísimo. Hasta que el Madrid regaló el primer gol del espléndido Bacca, el partido era un monólogo de color azul en el que Beto se erigía en el héroe de un partido predestinado a poner un ‘2’ en la quiniela. Pero ese gol del colombiano se convirtió en un sarampión que sacó a relucir todos los granos que desde Málaga están afeando a este equipo. Y los voy a focalizar en Bale. El galés no tiene la culpa de la cantidad desorbitada que costó. Pero después de ocho meses aquí es hora de exigirle que dé un rendimiento que se acerque al menos al 25% de lo que supuso su contratación. En vez de eso, firmó un partido insolidario, errando hasta tres acciones en las que pudo pasar a Cristiano y Benzema (solos ante el gol) al optar por jugársela él pese a tener peor opción de disparo. Convirtió su duelo contra sí mismo en una continua emulación de un partido de rugby, deporte que en Gales es la cuna de los niños (quizás por eso tiró tantas veces por arriba del larguero). Encima, en la jugada del 1-2 Bale se estaba cambiando las botas. ¡Pero qué broma es esta! Gareth no supo leer el partido y el colmo llegó en el descuento. Falta en la frontal perfecta para que Cristiano, que ya había marcado desde esa posición, firmase el empate. Hubiera sido un mal menor. Pero Bale, sin encomendarse a nadie, chutó buscando el gol de la gloria. Agua y balón a las nubes de Sevilla. Y Cristiano indignado. Con toda la razón. Bale, así no vale...

El portero. Beto hizo seis paradas de mucho mérito durante el encuentro. Sobre todo, dos a Karim y tres a Cristiano. Eso se espera de un buen portero. Que te pare las previsibles y que saque las que no te exige el guión. En este estadio vi una vez a Casillas hacer a Perotti la mejor parada de lo que va de siglo (aparte de la que le hizo Iker a Robben en Sudáfrica). Sin embargo, Diego López vio cómo acabaron en gol los dos primeros tiros que le llegaron a puerta. Ambos de Bacca. En el primero, titubeó. En el segundo, el balón se le metió por debajo de la pierna. Desde el Calderón está nervioso. En esta Liga le han metido seis goles el Barça, cinco el Sevilla, cuatro el Villarreal, tres el Atleti... El gallego ha bajado mucho su rendimiento en la segunda vuelta. Una pena.

Bacca, crack. Le conocí hace año y medio en Brujas, en el restaurante español de mi amigo Balbino. Allí era la estrella del equipo belga. Me dijo que soñaba con triunfar en un grande de España. Me dijo que su ídolo era Falcao, pero que no se sentía inferior a él. Cierto. El chaval hace cosas diferentes con la pelota y tiene pólvora hasta en los cordones de las botas. El Sevilla tiene un tesoro.

¡Reacción ya! La Liga no esta perdida. Hay que hacer un Pleno al 24 (ocho victorias de ocho) y confiar en que Barça y Atleti cometan algún error. Pero nunca debió llegarse hasta aquí. La Liga ya estaba cocinada, pero ahora está cruda...