Morata, tú sí que vales

Momento Morata. El partido estaba enfilado, la catarata de goles acompañaba a la lluvia torrencial de una noche de perros (ya iban 4-0 en el simultáneo, como se decía antes) y el Bernabéu vivía entre los pitos por los excesos de individualismo (sobre todo enfocados en Bale y menos en Cristiano) y el mosqueo por los seis puntos perdidos en una semana horribilis que conviene archivar. En ese instante, apareció un chaval de 21 años con la cabeza rapada, al que Ancelotti trató ante Barça y Sevilla como si fuese un juvenil. Al mejor goleador de Europa Sub-21 no se le puede sacar en los minutos de descuento cuando ya es imposible remar río arriba. Álvaro Morata tiene orgullo, mucho, y casta genética. Se mordió la lengua y esperó algo más de generosidad del italiano. Esta vez, Carletto le dio 17 minutos. El canterano salió eléctrico, imponiendo mucho respeto con esa calva que renueva su look y demuestra su humanidad al pensar en los niños enfermos de cáncer cuando tomó esta decisión capilar. Morata cogió una pelota en el área rayista, escorado a la izquierda. Se perfiló y soltó un derechazo curvado, con un efecto diabólico que clavó el esférico en la escuadra franjirroja. Golazo de crack. Como me dijo un buen amigo, hijo de presidente de un club de campanillas, “Morata tiene una raza que no posee Benzema, por mucha clase que pueda tener Karim. El 9 del Madrid tiene que ser un purasangre como Santillana, Hugo, Van Nistelrooy, Falcao... ¡o Morata!”. Alvaro, cómo no te voy a querer.

Bien Paco Jémez. El Rayito se llevó cinco chicharros, pero su gente puede estar orgullosa de su equipo. Fue fiel a su estilo de buscar el control del juego y de las circulaciones largas. Rondaron el área de Diego López, aunque les faltó la picadura de serpiente Pitón que sí posee el Madrid. Puestos a perder, mejor morir de pie. El Rayo merece seguir en Primera.

Los pitos. La afición es sabia y acudió en buen número pese a las inclemencias (climatológicas y clasificatorias). Pero ayer hubo demasiado Tendido del 7. Pitos a Diego López, Bale, Benzema y Ancelotti desde que anunciaron sus nombres en megafonía. Después, más pitos para el portero gallego y para Bale. Y para Cristiano. Eso enfadó al portugués y con razón. Cristiano pagó los platos rotos del galés. Cierto que Bale recuperó su idilio con el gol y firmó un doblete. Pero chupa mucho y el run rún del estadio cada vez que coge la bola fue llamativo. Aún así, la afición debe relajarse. Hay que estar con el equipo. Y si quieren silbar, que lo hagan contra los arbitrajes vergonzosos que están manipulando la Liga...

Ánimo. Eso me dicen los amigos de la Peña A Marea Blanca de Villa de Cee (A Coruña), De María (Aarón, eres un niño muy fuerte y vencerás), Somontín (Almería), Eibar y Errenteria (Guipuzcoa), Goyo Benito de Puente del Arzobispo (Toledo), Los Sauces de El Saucejo (Sevilla), Barajas y Cantera Blanca (Madrid) y Badalona. El 5-0 va por Juan Jesús Cabezali, que lo disfrutó desde el cielo...