Ahora empieza otra Liga...

Sólo sé que no sé nada”, escribió el filósofo griego Platón. Así que nadie puede saber incluso quién va a ganar la Liga este año. Porque estamos delante de la competición más bonita y más ‘traidora’ que se recuerda. Cualquier tipo de apuesta puede dejar en ridículo al mejor de los especialistas y son justamente esas incógnitas que hacen de esta temporada una maravilla que recordaremos. ¿Quién podía predecir, por ejemplo, que el Barça iba a perder en Valladolid? Lo único seguro es que a los culés no les faltarán penaltis (han tenido cinco en los últimos cuatro partidos), pero prefiero creer en la justicia y en la limpieza de la competición.

Ahora empieza un mini torneo de seis partidos en el que el Madrid tiene, de lejos, el mejor calendario de los tres candidatos al título y un pleno de victorias es más que posible. Y por ello Ancelotti quiere mantener una presión enorme sobre sus jugadores para que no se relajen y no pierdan puntos “tontos”. Así no habrá ningún remordimiento a la hora de hacer los cálculos de final de temporada. Con un Madrid que ha ganado con solvencia en San Sebastián, dónde muchos le veían pinchar, puede que el miedo a fallar se traslade en las casas atléticas y barcelonistas. La situación de los merengues no es ideal pero bastante cómoda...