Rayo con deuda cero en 2016 y Paco para rato: cláusula de seis millones

Trayectoria ejemplar. El Rayo hizo ayer barbacoa. Normal. Ha encarrilado la permanencia y, lo mejor, el saneamiento económico. Entró en concurso con 70 millones de euros de deuda y los rectores de la entidad calculan que si aseguran esta permanencia y la de la próxima temporada, el club quedará totalmente saneado al final de la 2015-16. A la tarea económica ha ayudado la experiencia de Luis Yáñez, que sacó al Málaga junto a Fernando Sanz de otro pozo delicadísimo. El asunto deportivo ha sido cosa de Paco Jémez, entrenador singular que contra pronóstico ha vuelto a enderezar a su equipo y tiene cartel. Pero también contrato (un año más) y cláusula por si un club de campanillas viene a por él: seis millones. Intocable para Martín Presa.

Baile de banquillos. El “Schuster vete ya” suena menos en La Rosaleda y lo que parecía un adiós seguro ya no lo es tanto. El Málaga está a dos puntos del décimo, puesto que obligaría al club blanquiazul, según contrato, a pagar unos cuatro millones de euros al técnico alemán por un finiquito que sería mucho más barato si los blanquiazules terminan del undécimo hacia abajo. A Quique, recambio seguro según algunos círculos, o Luis Fonseca, ex del Oporto que suena desde Portugal, les podría tocar esperar.

Betis-Sevilla. El último derbi de Domingo de Ramos se jugó el 23 de marzo de 1986. Lo rememoró este lunes ABC. Fue en Heliópolis y ganó el Betis con un gol de Romo en una jugada en la que intervinieron ilustres de los dos equipos. Buyo, Álvarez, Rincón…, y Gabriel Calderón. Los sevillistas prefieren recordar otro derbi de domingo a mediodía, el de la temporada 2000-01, cuando Pablo Alfaro fue expulsado por una entrada a Capi pero el Sevilla remontó (1-2). Pablo se sentía horrible pero muchos sevillistas le consideraron clave en la victoria... Luego fue un ídolo.

Efeméride. El Depor ha celebrado con orgullo y nostalgia el décimo aniversario de su gesta contra el Milán. De aquel 4-0 (Pandiani, Valerón, Luque y Fran) sólo quedan en activo el canario y Manuel Pablo quien, con 38 años, quiere seguir un año. Cuenta Irureta que aquella noche, al entrar a cenar, todo el restaurante de A Coruña se levantó y le ovacionó. No fueron los únicos. Toda España se puso en pie aquel 7 de abril de 2004.