Éxtasis en el Calderón

Histórico. Doy las gracias a Dios por haber podido vivir el partido de anoche en el Calderón. El 9 de abril de 2014 está ya en la historia del Atlético y con la perspectiva que da el tiempo recordaremos el encuentro como uno de los mejores de la historia reciente del club madrileño. Fue apoteósico, único, espectacular... No sabría explicar con calificativos lo que pasó anoche en el Manzanares. Al final del partido nadie se movió de su asiento. Nadie. La gente no paraba de cantar. Todos cantaron el himno rojiblanco, el nombre de todos y cada uno de los jugadores... Y los futbolistas tuvieron que salir al terreno de juego para ir a saludar a esa hinchada que les había llevado en volandas desde el primer momento. Hubo un detalle de los que emocionan de verdad. Los seguidores culés aplaudiendo a los rojiblancos y éstos, a su vez, devolviendo los aplausos. El Barça se acababa de llevar un palo duro pero a sus seguidores no les dolió reconocer los méritos de un equipo que se ha ganado el cariño de todo el fútbol español. Diría que incluso internacional. Hasta pasado un buen rato del final del encuentro nadie se movió de su asiento. El Calderón fue una fiesta, el éxtasis. Al principio, y lo que es más importante, al final.

Dos pasos más. Partido a partido, paso a paso. Así ha sido desde el inicio del curso y así será hasta el final. Con el Barcelona fue minuto a minuto, segundo a segundo.... Robando balones, achicando pelotas, intentando salir al ataque. Sufriendo, sufriendo y sufriendo. Pero mereció la pena. El Calderón vivió una noche mágica. Yo le había prometido a mis hijos y a mis sobrinos que este año les llevaba a Lisboa. Estamos a dos partidos. Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo y sí disfrutar del momento, porque unas semifinales de Champions no se juegan todos los días. El fútbol es un espectáculo inigualable cuando salen partidos como el de anoche, llenos de emoción, de intensidad máxima, de instantes que ninguno olvidaremos...

Ganar y ganar. El Calderón coreó el nombre de Luis Aragonés al final del encuentro como ya lo había hecho antes al inicio. En los prolegómenos hubo un mosaico impresionante con las palabras que nuestro mítico jugador siempre pronunciaba: “Ganar, ganar y volver a ganar”. Fue un mosaico bonito de verdad. Más de uno se emocionó, y quien esto firma también, cuando los seguidores atléticos cantaron a capela el himno rojiblanco. Un partido en el Calderón es diferente a cualquier cosa, pero en un choque de este calibre, mucho más. No extrañaría luego que el equipo del Cholo saliera al terreno de juego como salió, a comerse el césped. Siempre se suele decir que la hinchada del Atlético es la número 12, es algo repetitivo, pero no por ello deja de ser menos cierto. Con gente así es imposible no ganar partidos y tener momentos como el de ayer.

El futuro. ¿Y ahora qué? Ahora hay que ganar en Getafe para seguir peleando por la Liga, porque este equipo tiene hambre de todo. Pero eso será el domingo. Me quedo con los mensajes de felicitación de amigos y familiares nada más acabar el partido. De rojiblancos y de madridistas, todo hay que decirlo. El fútbol es grande por eso, porque la rivalidad no está compartida con el reconocimiento cuando algo está bien. Termino como empecé. Todos los que tuvimos la fortuna de estar anoche en el Calderón damos las gracias por ello. Vivimos una noche de las que permanecerá siempre en el recuerdo. Y todos los atléticos damos las gracias por tener la suerte de llevar ese escudo en el corazón. GRANDE ATLETI.