Da gusto escuchar a Ancelotti. En el fondo (la receta es “ilusión, motivación y concentración”) y en las formas (mesurado y cauteloso). Hace bien en ser prudente. No hay que fiarse de este Barça autodestructivo que parece asumir el final de su decadente ciclo triunfal (en Champions no rascan bola desde hace tres años...). Es mejor ir a Valencia asumiendo el rol de favorito para el equipo del Tata. Ellos tienen a Messi, a nosotros nos falta Cristiano. Chicos, la presión es para vosotros. ¿No es tan bueno Messi? Pues que os dé el título. El Madrid, sin Cristiano, hará un ejercicio de humildad para romper los pronósticos de las casas de apuestas, favorables para los culés.

Pero a Carletto hay que pedirle que ponga también su rúbrica en esta final. Ancelotti ha demostrado ser un gran entrenador y un magnífico gestor de grupos, pero tiene una asignatura pendiente. En los grandes partidos, siempre ha terminado con alguna de las ruedas pinchadas. Ante Barça y Atlético, un solo punto de 12 posibles. Un dato duro de asumir para un madridista. En Dortmund se perdió 2-0 y con mala imagen (eso sí, no estaba Cristiano). Pero yo tengo fe en el italiano. Su currículo (vean la página siguiente) refleja su autoridad en la conquista de títulos. Vencer mañana al Barça en Mestalla le reivindicaría. Puede ser el primer título de muchos.