Un Clásico en Valencia con más que la Copa del Rey en juego

Es lo que hay. Un hecho insólito en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones: dos días fantásticos de Madrid. En 24 horas el fútbol europeo estará concentrado en menos de diez kilómetros, los que hay entre el Calderón y el Bernabéu. Pero hoy mismo sucede otro, la final de la Copa del Rey en la que Madrid y Barcelona parece que se jugarán con el trofeo el hecho de no quedar KO. El Clásico no es lo que era.

Antes del cambio. Lejos de la Liga y adiós a la Champions, perder la Copa sería demasiado y el estallido definitivo a los conflictos latentes. Sin Puyol, el hombre de la casta en el Barça, es Iniesta quien arenga: “Si las cosas no salen te jodes, luego te levantas y sigues”. Pero el de Fuentealbilla requerirá de su pareja de baile en el Bernabéu, Leo Messi. En torno a él existe el Barça, a sus goles, al protagonista en las finales. El Tata le agradecería poder escribir un capítulo positivo en su temporada como técnico en Can Barça.

Desconfianza. Las dos derrotas esta temporada del Real Madrid contra el Barcelona no restan confianza, pero sí alertan. Cómo lo hace la ausencia de Cristiano y la derrota en Dortmund. No se puede considerar una proeza la goleada al Almería, pero sí un buen síntoma el partido de Isco y la recuperación de Di María.

Cualquier banda. La baja de Ivanovic en el partido de ida de las semifinales en el Chelsea hace que, por lógica, César Azpilicueta vuelva a jugar de lateral derecho ante el Atlético y Cole regrese al izquierdo. Tacharon de exagerado a Camacho cuando dijo que tenía en Osasuna al que sería mejor lateral derecho del mundo. Se equivocó de banda. Total “es lo mismo pero al otro lado”, afirma Azpi naturalizando todos esos debates en torno al juego a pie cambiado. Fácil.

Espejos. Si la UEFA pone un espejo a la Champions y se asoma el Atlético de Madrid, el reflejo sería el Chelsea. No en el sistema, pero si la competitividad. Courtois, el portero relevo de Cech. Defensas cerradas de las que dejan las bandas libres ante la seguridad de sus centrales. Pero Diego Costa suma siete goles en la Champions (entre otras muchas cosas), mientras Ba, Etoo y Torres empatan a tres. Efectivamente, encajaría en el 9 por el que lleva Mourinho clamando toda la temporada.