Un capitán que sabe ganar finales

Lleva mucho esperando este momento. Casillas ha guardado silencio, pese a lo injusto de su situación. Una vez que decidió quedarse, en su mente estaba disputar las dos finales posibles. La primera ya ha llegado. Y ahí ha demostrado ser el mejor. No le puede la presión, maneja el tiempo del partido como nadie, achanta a los rivales con su sola presencia y, lo que siempre le ha caracterizado, tiene ese punto de fortuna que es necesario en los momentos definitivos del partido. La mano que mete en la Copa de Valencia hace tres años, el pie a Robben en el Mundial, las dos paradas en el descuento al Leverkusen. Todo en finales, todo en situaciones límite. Diríamos que, además de muchas otras cosas, es un especialista en ganar finales.

Pese a todo, tiene clavado el calvario por el que le han hecho pasar, a él y al madridismo, el Barça de Messi. Más derrotas que victorias, superioridad a nivel de títulos y algunos resultados que duelen por escandalosos (lo tienen en el gráfico, abajo). Eso también lo tendrá en su cabeza cuando salte hoy a Mestalla. Eso y algo que le reconcome desde hace meses. El trato injusto de un mínimo sector de la afición. Esos que vieron en Mourinho una especie de Mesías y que una vez que éste arrojó la toalla siguen empeñados en ganar partidos y títulos con su recuerdo, menospreciando los años de trabajo bien hecho de su capitán. Da igual, Casillas quiere ganar hoy el primero de los muchos títulos que aún le quedan por conquistar en el Madrid.