Mateu Lahoz terminó haciendo la final perfecta

Puede estar satisfecho de su arbitraje el valenciano Mateu Lahoz. No renunció nunca a su estilo de arbitrar. Hizo bien cuando sacó algunas tarjetas al principio del partido para marcar su territorio. Como en el minuto 2, a Isco, por una fuerte entrada a Neymar. Eso fue lo mejor, para mí, de todo su partido, pues demostró en ese momento que daba un toque de atención a los jugadores para que el encuentro no se le fuera de las manos. Lo repitió en el minuto 15, cuando Pepe apoyó su brazo en el hombro de Neymar, que se dejó caer dentro del área. No hubo nada pero Coentrao, que se salvó de la tarjeta, empezó a buscar el lío y ante esa situación Mateu amonestó a Pepe y Neymar, que se habían enganchado, manteniendo su criterio de no aceptar desaires.

Sin embargo, en el minuto 10, hay quien puede discutir la jugada del primer gol de Di María por fuera de juego del argentino. Fue Benzema quien le dio el pase. Para mí, y creo que para todos, Di María está en línea con el último defensa. Por tanto, el gol es legal. No hubo más jugadas polémicas en la primera parte salvo un penalti que pidió Messi. Fue en un forcejeo con Ramos. No hubo nada. Aunque un poco más tarde, en el 44’, hubo una falta clara y aparatosa de Ramos sobre Messi, fuera del área, que no señaló Mateu.

La segunda parte comenzó con una entrada fuerte de Pepe a Messi en el 48’. Estuvo bien señalada. Fue una entrada a destiempo pero no dura de tarjeta. Poco después, en el 52’, Mascherano fue bien amonestado por otra entrada a Pepe. Como siempre, acertó el colegiado en no sacar la segunda amarilla a Isco en el 54’ cuando el jugador tocó el balón con la mano. Dejó seguir, y al parar el juego no se la sacó pues no todas las manos son tarjeta.

En el 58’ se pidió otro penalti. Fàbregas cayó ante la entrada de Ramos. Pero no hay derribo, sino un choque entre los dos (el blaugrana estaba casi de espaldas) por la posesión de la pelota. Igual que en el 62’, cuando Ramos reclamó un penalti en el saque de un córner. Es un forcejeo sin más entre varios jugadores.

Al Madrid se le anuló un gol en el 66’. Hubo falta clara de Bale a Pinto. Con el codo trabó el brazo del portero. Dio la sensación de que Mateu señalaba el centro del campo, pero el asistente le indicó rápidamente la infracción.

En el minuto 81, Pepe estuvo a punto de hacer penalti. Fue una jugada dudosa, pero los cámaras aclararon que Pepe, excesivamente fogoso en su entrada, pareció que se llevaba por delante a Neymar, pero en realidad tocó previamente el balón antes de derribar a Neymar y a Carvajal.

En el 87’ Xabi Alonso vio tarjeta por falta a Messi, bien sacada, pero se ahorró la de Alves, que le tiró el balón a Modric a la cara. El partido estaba acabado. El árbitro quiso dejarlo estar. El detalle feo fue de Alves en el minuto 76. Ramos le tendió la mano para levantarle y la rechazó. El sevillano pudo ser expulsado tontamente por la patadita que le tiró. Pero Mateu no lo vio.

En definitiva, Mateu Lahoz hizo un gran arbitraje sin perder su estilo. Dejó jugar, aplicó bien la ventaja y estuvo muy dialogante pero a la vez serio con los jugadores. Estuvo de diez en una final así de dura.