Un ciclo que acaba en eutanasia

El cambio de ciclo no es perder, es no saber a qué diantres jugar. El cambio de ciclo tiene fecha y hora. Hace quince días en el Calderón, en el minuto 72, cuando Martino decidió quitar a Iniesta y jugar con un doble pivote y ordenó a Alves colgar pelotas sin sentido alguno al área, el Barça firmó su testamento. El cambio de ciclo no pasa por perder ante el Bayern, ante el Atlético o ante el Madrid. Nadie gana siempre. El drama es aplicar la eutanasia desde dentro traicionando un estilo que únicamente algunos hombres buenos (Xavi, Iniesta, Piqué, Busi, Alba y Pedro) defienden. El resto, Messi incluido, van a su bola en una estrategia que contraviene la casuística de triunfos de un equipo que ha demostrado sobradamente que le es más fácil ganar jugando bien que mal. Y eso, teniendo en cuenta que ayer, ante un Madrid perdonavidas, la cosa fue del canto de un duro.

Pero no nos engañemos. El justo campeón es el Madrid. Lo raro es que no sentenciara antes. Pero claro, los blancos no son tampoco un equipo de campanillas. Al Barça le toca ahora sentarse a pensar y tener la serenidad suficiente para no seguir lanzándose al abismo. Perder es aceptable. Lo indignante es la manera.