Alonso no nos anima demasiado

Fernando Alonso tuvo que referirse, como era presumible, a Marco Mattiacci durante su comparecencia en la rueda de prensa oficial del GP de China. Le preguntaron sobre el nuevo jefe de Ferrari y tampoco pudo aportar demasiada información, vino a decir lo que todos más o menos ya podemos intuir… y eso es algo que alimenta más dudas que certezas. El asturiano no sabe mucho, asegura, sobre este directivo exitoso en el mundo empresarial pero con nula experiencia en la competición automovilística, así que sólo le quedó pedir tiempo para el sustituto de Domenicali, otorgarle la oportunidad que se merece y confiar en que tenga el acierto necesario para manejar esa nave sin rumbo en que se ha convertido la escudería de Maranello.

Ya digo que las palabras de Alonso no invitan al optimismo, lamentablemente. Mattiacci muestra un perfil de gestor que nos lleva a pensar en una reestructuración profunda en Ferrari, lo que puede resultar traumático, lento y, a corto plazo, perjudicial para las ambiciones del equipo. Es decir, que esta revolución puede traducirse en otro año perdido para el español, el quinto desde que viste de rojo y ya con una edad en la que cada campaña tiene el valor de lo irrecuperable (aunque en realidad, siempre es así). Me preocupa sobremanera que la elección de Mattiacci sea una estrategia más empresarial que deportiva y que represente una nueva era en Ferrari, capaz de llevarse por delante las ilusiones de Alonso y de la afición que le apoya.