La incorporación de Argentina al calendario de grandes premios del Mundial de motociclismo es una excelente noticia. No son pocas las voces que se alzan contra un Campeonato del Mundo que programa cuatro carreras en España (que eran prácticamente cinco cuando también figuraba una en Portugal), argumentando que la propia filosofía del certamen se debilita con semejante concentración de pruebas en un mismo país. Es un planteamiento sin ninguna duda respetable, aunque también conviene recordar a quienes lo defienden que la empresa promotora, Dorna, concede la organización a los países y circuitos que la solicitan, lo que demuestra, por tanto, que el interés por este deporte no es el mismo en España que en otros puntos del planeta.

Para aliviar en cierta medida esta situación vuelve el GP de Argentina al Mundial y creo que es un retorno merecido y esperado. Allí cuentan con una afición entendida y apasionada a las disciplinas del motor (quizá más sobre cuatro ruedas pero sin despreciar a las de dos) y sin duda que sabrán valorar un espectáculo único como el que van a vivir este fin de semana. Tiempo atrás la coyuntura económica impidió su permanencia en el calendario, que no así la atención que los argentinos dispensaban al evento, que era comparable a los mejores. Ojalá ahora todo les salga bien y puedan mantener su gran premio durante mucho tiempo, lo que contribuirá a esa globalización del campeonato que algunos reclaman y que, desde luego, tampoco vendría mal.