El Madrid regresa escaldado

Nadie dijo que fuera a ser fácil. Perder en Atenas entraba, además, dentro de lo previsible. Pero no vayamos a magnificar al rival, por muy vigente campeón de Europa que sea, ni tampoco echar la culpa al ambiente adverso del pabellón La Paz y La Amistad. Allí no se comen a nadie; incluso los aficionados se encuentran a una apreciable distancia de la cancha porque están separados, y eso no se dice, por una pista de atletismo. El caso es que el Madrid perdió allí los dos partidos, y el problema es que el equipo no dio la talla. El lunes fueron los pívots, que permanecieron desaparecidos en combate, y los errores en los tiros libres; ayer fue todo en general. El equipo se quedó en 62 puntos, su puntuación más baja de la temporada.

Y el caso es que el partido no comenzó mal. También al final tuvo el Madrid la oportunidad de controlarlo, al conseguir el empate al poco de comenzar el último cuarto. Esta vez había tiempo para hacer bien las cosas. No las hizo, y de nuevo fue a remolque, pero a falta de tres minutos y medio disfrutó nuevamente de una buena ocasión para hacerse con el partido. Perdía por cuatro puntos, pero enfrente tenía un equipo con tres jugadores limitados por tener cuatro faltas cada uno. Tampoco lo aprovechó. Han sido dos oportunidades fallidas que invitan al análisis. Colectivamente, al Madrid se le hace de noche en los momentos clave; individualmente, de Mirotic cabe esperar más en estos partidos. El viernes, más. Esta vez con todo a favor.