Sobre Guardiola y el debate del estilo

Me parece que la estrepitosa derrota del Bayern ante el Madrid está provocando consecuencias exageradas y dando lugar a un debate a mi juicio mal enfocado sobre estilos de fútbol y sus utilidades. Lo digo, por ejemplo, por Martino y su “si atacan a Guardiola no les gustará su selección” o por lo fácilmente que el Bayern se ha desencantado de su apuesta o, también, por la radicalidad con la que Guardiola se declara decidido a inmolarse por el modelo, más allá del 0-4, que él explica en clave de haber cedido la posesión más de lo que hubiera querido. En clave, en fin, de traición al estilo.

Ese estilo de juego es excelente, bello, inteligente y ha proporcionado victorias gloriosas a la Selección (tengo para mí que la apuesta más radical salió de Luis) y al Barça. Hemos disfrutado como locos viendo eso. Tranquilo, Martino, nos seguirá alegrando que gane la Selección. Distinto es que haya que pensar que sólo se puede jugar al fútbol así. Se puede jugar al fútbol de muchas maneras, unas más mezquinas, otras más generosas, y entre estas unas más dinámicas y otras más pausadas. Se puede jugar, ganar y perder con muchos modelos. Y ninguno de ellos saca almas del purgatorio. Esto sólo es fútbol.

Otra cosa es que se pueda hacer lo mismo con Xavi, Iniesta y Messi que sin ellos. Igual que con estos sería absurdo jugar al pelotazo y a avasallar, era intrigante comprobar si el tiquitaca era transportable al Bayern, que en el imaginario de sus hinchas y de sus adversarios es muy otra cosa. El experimento es arriesgado y quienes se decidieron a hacerlo (los Beckenbauer y compañía) son los que menos derecho tienen a protestar. Pero se discute sólo eso, si esto vale para el Bayern con los jugadores que ahora tiene. No se discute el sistema, ni la persona. Y se discute porque el partido acabó 0-4.