Ancelotti normaliza la “anomalía”

Hagamos una precisión antes de entrar en profundidad en el asunto. Ancelotti se precipitó en agosto cuando dijo que su decisión era definitiva: “Diego López jugará la Liga y Casillas la Champions”. Hipotecarse para toda la temporada nunca me pareció necesario. Pasados los meses, él mismo asumió parte del error al decir “sé que fue una decisión anómala”. Pero lo bueno de Ancelotti es que maneja sus actuaciones con templanza y sentido común. Hizo bien en dejar caer en febrero que en caso de llegar a la final de Lisboa daría minutos a Casillas en la recta final de la Liga. Se dio cuenta de que iba a ser un cante tremendo tener casi un mes parado al porterazo talismán con el que han caído un título (la Copa en Mestalla) y la primera final en Champions de los últimos doce años. No parece que con Iker bajo los palos le vayan mal las cosas al Madrid. Ni a Ancelotti...

Por eso, ayer estuvo medido e inteligente en su reacción. Castigar a Diego con cuatro suplencias consecutivas habría sido duro después de haber sido el hombre de la Liga desde el minuto 1. Alternarlos es más coherente. Iker jugará en Valladolid el miércoles (ahí apurará el equipo su última opción de luchar por el título) y dejará que salga el último día ante el Espanyol. Al calor del Bernabéu. Antes de partir a Lisboa. Bien visto. Esos dos partidos permitirán a Casillas hacer guantes y seguir demostrando que es el mejor portero que hayan visto nuestros ojos. Y Diego podrá despedirse hoy de la afición. Todos contentos.