Corazón, ganas, juego y equilibrio

Se acaba la temporada. Llega el momento de la verdad, el de fallar y marcharse al hoyo o el de acertar y salvar una pésima temporada en el Valladolid. Y todo está en las manos de los jugadores. Es verdad que el público apoyará, el equipo técnico tratará de dar las instrucciones pertinentes, los auxiliares de volcarse en su labor, la ciudad de apoyar todo lo que pueda, pero la clave la tienen sólo los futbolistas. De ellos, y nada más que de ellos, depende todo. Para arreglar el problema que han creado con su bajo rendimiento deben dar la cara y decir a los rivales quién se juega todo. Son los jugadores los que deben demostrar que tienen nivel para seguir en Primera, los que pueden evitar irse a Segunda arrastrando al club. Aquí todo el mundo gana y pierde.

Y son los que salten al campo mañana ante el Madrid o el domingo en Sevilla los que tienen que darlo todo por el club que les paga. Y estoy seguro de que lo van a hacer, pero tienen que dar un paso más, hace falta un punto más de intensidad, implicación... y de buen juego. El corazón y las ganas son imprescindibles en finales como las que se avecinan, pero no hay que confundir la entrega con el exceso de velocidad. Hará falta inteligencia, fútbol, pausa, suerte... factores indispensables. Sólo con correr y pelear no bastará.