El Barça necesita al mejor Kostas

El Barça ha visitado la Final Four más veces que nadie, pero el premio a la insistencia sólo ha valido dos títulos. En las dos últimas ediciones cayó en semifinales, como si fuera capaz de estar siempre entre los mejores pero le costara demasiado ser el mejor. La plantilla se reformó para ganar precisión quirúrgica en las citas decisivas. A estribor del fallido plan A, de Spanoulis a Ayón, emergió Papanikolaou. Aterrizó con galones de campeón de las dos últimas Euroligas, mejor joven y triplista más eficaz (52%). Genética de primera (23 años, 2,03) pulida en Olympiacos por los cinceles de Ivkovic y Bartzokas.

El Barça pagó mucho dinero por la promesa de un nuevo impulso que por ahora ha aportado más albañilería que distinción. En Euroliga ha caído al 34% en triples y a un inexplicable 48% en libres. El exceso de deseo que a veces le hace precipitado le jugó la peor pasada en su primera gran cita, la final de Copa: 0/4 en triples y la ayuda demasiado larga sobre Sergio que dejó solo en la esquina a Llull. “Un error defensivo clarísimo”, dijo entonces Pascual. Todo eso, claro, no preocupa a los Rockets­, que tienen sus derechos NBA y que ya le han querido a mitad de esta temporada. Pero alimenta el hambre de un jugador que puede redefinirse en Milán. De él se espera pegamento sobre Rudy, muñeca y esa actitud nuclear que busca dueño tras la salida de Mickeal. Viene de jugar un partido monstruoso en el Clásico de la ACB del pasado sábado, pero sabe que su verdadero momento comienza hoy.