Mucho Madrid, poco Barça

Si el Barcelona no consiguió dar un puñetazo sobre la mesa después de un 12-4 de salida y terminar el primer cuarto con una ventaja de once tiros libres y cinco rebotes ofensivos, estaba escrito que en cuanto despertara el Madrid quien iba a tener muchos problemas iba a ser el Barcelona. Y así fue. Salió Sergio Rodríguez, neutralizó todas las diferencias, y a partir de ahí el Madrid voló. Ocho puntos de diferencia en el segundo cuarto, diecisiete en el segundo (que hacían +25)... y se acabó. Los trece del último cuarto que aumentaron la ventaja a +38 ya estuvieron de más. El Barcelona se había ido, y el Madrid aprovechó el tiempo para recuperar a Carroll. Increíblemente, no hubo partido.

Ahora viene la pregunta que surge cuando uno gana de paliza: ¿fue por méritos propios o por deméritos del contrario? Esta vez por las dos cosas. El Madrid rindió a un nivel altísimo, con sus jugadores clave muy metidos en el partido. Sergio Rodríguez y Mirotic anotaron en todos los cuartos; Rudy, Llull y Reyes superaron los diez puntos anotando sólo en dos. Así es imposible ganar al Madrid. Enfrente, el Barcelona sólo era Huertas y Tomic; esporádicamente, Oleson. Y punto. Los grandes fichajes del año, sobre todo Papanikolau, ausentes. Volvió a confirmarse que cuando Navarro no está, y desgraciadamente no está, el Barcelona pierde mucho. Hasta desaparece en una Final Four. Es la hora del Madrid. Quizá súper Madrid.