Ancelotti mantiene la vela encendida del doblete. El final de temporada y el Mundial impiden relamerse al madridismo como habría querido, después de levantar la Décima. Pero aquí está el míster italiano para ir de bolos en este largo junio recordando con orgullo en todos los foros la gran plantilla que tiene el Madrid. Es un mensaje optimista, cargado de naturalidad y sin prepotencia.

Ancelotti es una cara amable que nunca dramatiza (“Morata quiere buscar una oportunidad”); tampoco esconde evidencias (“ficharemos tras el Mundial”) ni oculta información al madridismo (“Casillas está feliz por quedarse”). Así de fácil se gana la batalla de la imagen frente al Barça, que durante tanto tiempo la tuvo en su mano. Con el italiano se consiguen títulos sin estridencias, se vuelve a la gloriosa normalidad del Madrid y además tiene sentido del humor. Carlo, un grande.