Leonard y su sentido del deber

El tímido despertó. Los Spurs le endosaron a Miami Heat un parcial favorable de veintiún puntos mientras LeBron estuvo en la pista. El problema que tuvo James fue una sombra que le perseguía y a la que él no pudo atrapar, la del joven Kawhi Leonard, el jugador de mayor timidez y con la mano de mayor tamaño de la NBA. Leonard es disciplinado, obediente y desprendido. Le dijeron antes del partido que atacara a LeBron, que anotara. El sentido del deber le llevó a meter 29 puntos en solo trece tiros, su mejor anotación profesional.

Desidia local. Los titulares fueron para Leonard y para la serie de 25/33 en los tiros de campo completada por San Antonio hasta el descanso, la mejor mitad ofensiva de la historia de las finales de la NBA. Una medalla más para Popovich y un bochorno documentado para la actitud defensiva del equipo más atlético del mundo, los Heat. Que no comparezcan los bases del equipo de Spoelstra no es cuestión de la estadística de Chalmers y Cole. Lo que no se puede permitir Miami es que Chris Bosh, en 34 minutos, solo tire a canasta cuatro veces y toque en total doce balones.

Caras y cruz. Las desconexiones de Bosh están marcando la final. El ala-pívot de los Heat acumula un -41 en su estadística +/- en tres partidos. Enfrente Manu Ginóbili suma un +35 y Boris Diaw un +45 en lo que llevamos de final.

Un chef con pistola. La noche anterior al tercer partido murió tiroteado en un club nocturno el chef personal de Norris Cole. ¿Qué hace un cocinero y dietista discutiendo pistola en mano un martes de madrugada?