P. P. San Martín

La ansiedad puede ser una trampa

Sobre España recaerá esta noche una responsabilidad añadida por su condición de campeona. Un plus de tensión que los jugadores habrán de administrar para evitar la mayor de las trampas: la ansiedad. La precipitación no es para La Roja. El juego elaborado, la posesión necesaria, la búsqueda del gol en su momento no conjuga con la rifa del balón por llegar antes y más rápido. No es el camino. Ya sea con Diego Costa, con Torres, con Cesc o con Villa, el partido tendrá su tempo de juego, su maduración, aislada de la presión de todo un planeta esperando que España haga algo grande y diferente. Hace falta gol, claro, pero en su momento y sin descuidar los posicionamientos.

En esta sobre excitación han de aparecer los jugadores de aplomo. Es el momento de Xavi, Xabi Alonso, Iniesta y por atrás, de Sergio Ramos. Estabilidad, temple y sabiduría con el balón. Hay que hablar mucho, hay levantar la cabeza, ir al choque o evitarlo, leer a Holanda y saberla atacar. Los oranjes sufren en defensa, lo cual es una buena noticia, pero tanto Diego Costa como aquel que quiera ir a la guerra tendrá que hacerlo con inteligencia. Un partido caótico no sería bueno para España. No es este el día ni el rival más apropiado para buscar una goleada que suba nuestra autoestima. Este partido es para ganarlo con el fútbol propio de una Selección con cuajo.