La carrera casi ultrasónica de Robben

La FIFA ha medido la velocidad punta que Robben llegó a alcanzar durante su carrera en el quinto gol y resultan unos bestiales 37 km/h, algo que casi le aproxima a los velocistas olímpicos. Hacer 100 metros en 10 segundos da una media de 36 km/h. Claro que lo suyo no es eso, no arranca de parado y lo que se mide es una punta máxima en un tramo concreto, entre la raya del centro del campo y la frontal del área. Usain Bolt llega a alcanzar una punta máxima de 44,2 km/h. Pero lo de Robben no es desdeñable, y a la hora de valorar esa punta de velocidad hay aspectos que se deben resaltar.

Porque esa ‘marca’ llega después de ochenta minutos de juego, con el partido muy avanzado, varios esfuerzos intensos, diez kilómetros recorridos y muchos golpes. Y sin zapatillas de atletismo. Y con la necesidad de acompasar la zancada a la velocidad del balón, si bien esto último es un arte que dominan los jugadores del estilo de Robben. Con todo, siempre se ha comprobado que el que lleva el balón tiene un hándicap respecto al que no. De ahí que sorprendiera la pasada que le pegó a Sergio Ramos y la forma en que fue distanciando también a Jordi Alba. Este dato-récord revelado ahora por la FIFA les redime.

Esta medición no debe tomarse sólo como un divertimento. El fútbol es muchas cosas y una de ellas es la velocidad. El estudio, que desvela otras marcas de esta época, me hace lamentar que años atrás no existieran estos medios. ¿Cuánto alcanzaría, por ejemplo, Gento? Les recomiendo que busquen en ‘youtube’ su carrera en el Mundial de 1962, ante México, de área a área. Son unos ochenta metros a toda pastilla. ¡Pena que ese Mundial lo jugara con el ‘9’, cuestión de orden alfabético, y no con el ‘11’! Eso desluce la jugada. Me pregunto si no habrá medios para deducir la velocidad desde filmaciones del pasado. Sería curioso.