No pidáis perdón. Os debemos mucho

Bueno, fue bonito mientras duró. Muy bonito, pero se acabó. Este equipo glorioso hace mutis por el foro en condiciones dolorosas, que personalmente me entristecen por esos aficionados que viajaron a Brasil gastando dinero y vacaciones, y también por los jugadores, cuyo dolor siento cercano. Los dos partidos los han jugado mal y además circunstancias raras han agrandado los resultados. Y el final es duro: fuera al segundo partido, un gol marcado en un penalti que no fue y siete encajados. Y la penitencia de un partido inútil con Australia, ese grupo de fortachones. No lo quiero ni pensar.

Del Bosque confió en el grupo de los grandes éxitos. Yo no lo vi mal. Les veía gigantes, tanto que salté por encima de contratiempos visibles, como la falta de portería de Casillas, que bien la ha notado, las recientes y largas lesiones de Piqué, Busquets y Jordi Alba, los problemas de Diego Costa. No llegaban en su punto de ajuste fino. Tampoco Xabi Alonso ha llegado bien. Xavi no ha sido él mismo en toda la temporada. Se nos va a Qatar. Villa se nos va a Melbourne. Esas decisiones indican que no se sienten ya competitivos para el gran fútbol. El grupo lo componían los mismos, pero nada era lo mismo.

Así que todo se fue derrumbando hasta provocar la eliminación más estrepitosa que haya sufrido jamás España en un Mundial, y mira que las he visto sonadas. Ahora vendrá la renovación. Por detrás empuja una generación (de la que tuvimos una buena muestra en Koke) que ha ganado los dos últimos Europeos Sub-21. Ayer despedimos al grueso de esa generación gloriosa que ha hecho un Mundial directamente infame, pero eso no emborrona los recuerdos. Hoy están bajo una nube negra. Pero pasarán los días, los meses y los años y esas fotos triunfales volverán al primer plano. No pidáis perdón. Os debemos mucho.