Una acción provoca la reacción

No es que lo que sucede en Ferrari tenga que ver con la tercera ley de Newton, simplemente es necesario que en Ferrari entren en acción para provocar una reacción que permita a la escudería abandonar la crisis que padece. Ya hemos comentado hasta la extenuación que las explicaciones, las promesas y las buenas intenciones apenas sirven como un consuelo menor, así que lo obvio es que hacen faltan novedades en el equipo para que también cambie su situación de comparsa en la Fórmula 1. Para eso recurrieron a Mattiacci, sacrificando a Domenicali, y es lo que se espera del nuevo responsable de este proyecto estancado...

Van a incorporar ingenieros a la estructura, aire limpio para refrescar un ambiente quizá viciado después de tantos años de atonía. Es un principio. El movimiento se demuestra andando y si Mattiacci quiere convencernos de que la revolución está en marcha deberá hacerlo, desde luego que cuando corresponda, con decisiones y cambios, no con palabrería que ya aburre y además desprestigia a una leyenda. Es evidente que lo que tienen ahora no funciona y también que no es sencillo encontrar alternativas, pero se supone que si alguien tiene capacidad para hacerlo debería ser Ferrari.