Nada de lo visto en el césped hizo pensar que España estaba en el campo. Se vio a un equipo vestido de rojo completamente roto físicamente, bloqueado mentalmente y titubeante ante el balón. Chile escarbó en la fragilidad del equipo español, metiendo la misma presión que Holanda y la misma voluntad por luchar. Desde el primer minuto se observaron los déficits de esta España irreconocible, que se vuelve a casa castigada y con muchísimas dudas sobre la gestión de la lista de convocados para este Mundial (agotados y salidos de lesión) y las alineaciones condicionadas a Diego Costa.

Nadie en esta España ha tenido las ideas claras, empezando por Del Bosque y acabando por el último suplente. No hemos visto toque, tampoco acciones de área... Chile se comió a La Roja campeona, que tantas alegrías nos ha dado.

Punto final amargo en el Mundial, y a la afición le queda agradecerles el esfuerzo.

Sin recursos. Costa de nueve y dos pivotes irrenunciables. España jugó para atrás, sin enlaces en la medular. Chile controló todas las zonas.

Once del adiós. Desesperación final con un once que peleó sin alma en unos minutos finales tristes. Nada le salió bien a nadie en Maracaná.