Casillas acabó el partido pidiendo perdón y yo empiezo este artículo dándoles las gracias. En el fútbol, donde la memoria es como una firma en el agua, quiero recordar que estos futbolistas nos han hecho vivir los mejores momentos de la historia del fútbol español, con un juego y una humildad que nos hicieron estar orgullosos y alardear de ellos por todo el mundo. Entiendo perfectamente la desilusión del aficionado, yo viví algo parecido en el Mundial del 98, son eventos cada cuatro años y la pasión con la que se vive en España el fútbol se te agolpan en la memoria, sin encontrar consuelo ni ganas de buscarlo. No creo que esta Selección se mereciese un final así. En Maracaná vimos un equipo sin poder de reacción, débil anímicamente y donde la actitud iba más rápido que nuestras piernas. En los dos encuentros no encontramos la manera de maniatar a sus balas, muy espesos en el medio y falta de movilidad por delante del balón, si no en todo el partido sí en fases importante falta de frescura para una posible reacción. Ya se sabe que en fases finales la mesura y el término medio no existen. En una liga, dos partidos malos caen en el olvido al final del campeonato. La experiencia nos dice que, aunque injustas, las conclusiones para algunos son definitivas. Nada mejor para sobrellevar esto que ser un equipo antes que Selección y vosotros así lo habéis demostrado.

Es cierto que el tiempo pasa y nada es eterno. Algunos van cumpliendo años y otros van empujando con fuerza. Tenemos a la doble campeona de Europa Sub-21 y seguro que se sumarán a La Roja en busca del éxito. Y está Del Bosque. Nadie mejor para digerir esto de forma honesta y generosa porque el grupo y la Selección encabezan sus prioridades. Suerte que por ahora me queda memoria, Iker, así que te recuerdo que os damos las gracias por habernos hecho disfrutar tanto.