La temporada de Aleix Espargaró está resultando espectacular. Si ya el año pasado fue el piloto más solvente con una CRT, lo que ahora hace con una moto de tercer nivel tiene un mérito indiscutible y viene a avalar el enorme potencial del catalán. Sus actuaciones en los entrenamientos, ayudado por cierta ventaja de neumáticos en esta división Open de MotoGP, y también en carrera son una reivindicación en toda regla a una montura oficial lo antes posible. Saca los colores a rivales con un material mucho más competitivo y sería injusto que en el próximo Mundial el catalán no disfrutara de una oportunidad para demostrar hasta dónde podría llegar realmente en igualdad de condiciones mecánicas con los mejores.

Ducati debería fijarse en él a la vista del rendimiento de Crutchlow, pero sobre todo creo que en Suzuki deberían tener a Aleix muy en cuenta para su regreso a los grandes premios el año que viene. Quizá no resulte tan mediático como otras opciones que puedan barajar, pero diría que difícilmente encontrarán alguien mejor en lo que podríamos definir como calidad-precio. Su remuneración no es la de una gran estrella y, sin embargo, está exhibiendo una velocidad muy similar al de algunos de ellos, aplicando desde luego el factor de corrección de las carencias mecánicas. Quizá la nacionalidad pueda jugar en su contra, puesto que pese a lo que muchos creen, en el Mundial de MotoGP ser español es hoy más un inconveniente que una ventaja. Ojalá no sea así en el caso del mayor de los Espargaró…