El Madrid de baloncesto tiene un largo verano por delante para lamerse las heridas que le dejaron el Maccabi en la Euroliga y el Barcelona en la Liga. Son heridas que duelen, pero no matan. Un equipo que ha disputado las dos últimas finales de la Euroliga y de la Liga no puede estar en entredicho. Plantilla hay, pero eso sí, insuficiente para formar un equipo campeón, porque las finales las pierde o le cuesta ganarlas una barbaridad. En el Madrid, como en el Barcelona, no basta estar metido en todas las peleas. Hay que ganarlas.Y ahí viene el problema del Madrid. Desde que Juan Carlos Sánchez se hizo cargo de la sección de baloncesto, el equipo funciona, cada año es mejor y el aficionado ha vuelto al Palacio de los Deportes. Pero...

Ese pero es la distancia que separa al Madrid del Barcelona o de los grandes equipos europeos, que tampoco son tantos. Una distancia que, además, es mínima, porque se examinan todas las finales últimamente perdidas por el Madrid, y en todas ellas el equipo tuvo sus opciones de ganar. ¿Puede ser Laso el problema? Hasta ahora no se le ha discutido, pero es una realidad que la próxima temporada va a trabajar sin red. ¿Es la plantilla el problema? Pues habrá que verlo. Mirotic se dispone a irse a la NBA y en el equipo ahora mismo no tiene relevo, como se ha visto en los playoff. ¿Qué falta? El jugador determinante, tipo Navarro, que sea capaz, no ya de ganar un partido, sino una final. Y ese jugador que podía ser Rudy, Llull o Sergio no aparece.