Juanma Trueba

Celestes y celestiales

De la ayuda celestial nadie duda. Al poco de terminar el partido, el diario argentino Olé tituló en su edición digital “El palo de Dios”. El chiste estaba servido en bandeja. La felicidad, también. A estas horas, la cervecera Quilmes ya le estará dedicando uno de sus fantásticos anuncios al bendito palo (¡Tocá madera!).

Lo cierto es que jamás se vio en un campo de fútbol tal concentración de conexiones divinas. El gol lo marcó un Ángel con cuerpo de cirio que además se apellida Di María (santísima), y es fácil suponer que las oraciones del Papa Francisco viajaron por el firmamento como valija diplomática. No se puede perder en esas condiciones.

Que Dios sea argentino está por ver (la política del país lo desmiente), pero la existencia de Di Stéfano, Maradona y Messi nos hace sospechar que habla en lunfardo. Sí, Argentina está en cuartos, o lo que es lo mismo: a tres partidos del cielo.