Nos vemos dentro de dos años

Nunca es fácil irse de un Mundial. Sobre todo cuando se te queda esta extraña sensación de que, ayer en Río, esa Alemania no era tan temible como se esperaba. Que con un poco más de suerte y sin un impresionante Neuer en la portería germana, Francia hubiera podido ganar este partido. Que con un poco más de fe por parte de los bleus las puertas de la semifinal se hubieran abierto. Sin embargo, resulta menos difícil irse de la más bonita competición que existe cuando los jugadores han estado a la altura moral requerida para representar a su país. Cuatro años después del lamentable comportamiento deportivo y humano de los bleus en Sudáfrica, este nuevo grupo ha cumplido con sus obligaciones. Y con creces. Pero también estos futbolistas han dejado algo maravilloso: han sembrado esperanza. Toda Francia sabe ahora que su selección estará preparada para 2016, cuando la República acoja la Eurocopa. Chavales como Griezmann, Pogba o Varane tendrán más experiencia y serán realmente capaces de llevar a los bleus hacia la victoria.

En Brasil ha nacido un equipo, ha emergido un espíritu y todo el mundo va a salir reforzado de esta aventura brasilena. Por eso las lágrimas se van a secar muy rápido. Gracias por todo chicos… ¡Nos vemos en casa dentro de dos años!