El mejor después de Don Alfredo

Estuve con Cristiano dos horas antes de su maravillosa presentación en el Bernabéu. Fue en el Hotel Mirasierra Suites, en una sala habilitada para la entrevista que concedió a AS. Con los ojos iluminados por la ilusión de saberse nuevo jugador del Real Madrid, me preguntó: “¿De verdad crees que se va a llenar el Bernabéu sólo para verme de blanco?”. Le respondí: “Se va a quedar pequeño. No te imaginas la alegría que has generado en la afición con tu llegada. Esperan mucho de ti. Están seguros de que vas a volver a llevar al Madrid a la cima de Europa”. Él escuchó atento, sonrió y me aseguró que se dejaría la salud, si fuese necesario, con tal de conseguir ese objetivo. Y así ha sido. Durante cinco años extraordinarios, Cristiano ha hecho un derroche de calidad, talento, entrega, compromiso, orgullo, espectacularidad y goles, muchos goles: ¡252!

Meter tantos en sólo 246 partidos es una barbaridad. Y más todavía que cada curso haya asegurado más de 50 goles en adelante (salvo en su primer año por la grave lesión de tobillo que sufrió), algo que jamás antes había logrado nadie en la historia del club. Como me dice mi señor padre, “sólo Di Stéfano ha sido más grande que Cristiano. Don Alfredo era un equipo en sí mismo”. La Saeta se debate ahora entre la vida y la muerte y todos empujamos para que salga adelante, luchando en la clínica como lo hacía en el campo. Pero Di Stéfano sabe que su memoria quedará protegida con gente tan fiable como Cristiano. ¡Un, dos, tres, HALA MADRID!