Llegaron nuestras chicas de baloncesto con la medalla al cuello, y la Federación Española las dispensó el mismo trato que las selecciones absolutas. Sólo tienen 17 años, no fueron campeonas, pero el homenaje que recibieron fue a lo grande. La Federación no discrimina, y así les va tan bien a todas las selecciones. Ya son 115 medallas las que se han ganado. Una barbaridad. Hay campeonatos todos los veranos, pero nunca más de diez, y sólo de unos años a esta parte. La efectividad que consigue es asombrosa. Últimamente, entre el 70% y el 80% de las medallas en juego. Y se trata de un deporte, además, donde partimos con una desventaja física evidente, porque no nos caracterizamos precisamente por nuestra gran estatura.

Ahí es donde se nota el trabajo que hace la Federación. Desde que Sáez la preside, la base de la pirámide se ha extendido al meter el baloncesto en todos los colegios. Resultado: nos hemos convertido en una potencia. En hombres y en mujeres. El domingo perdimos, pero Ángela Salvadores, ¡la mejor jugadora del Mundo a su edad!, y compañía se tomarán la revancha en 2018. La Federación persigue ese Mundobasket femenino, y lo conseguirá. Como consiguió el domingo que medio millón de españoles llegáramos a ver una final no prevista en TVE. Hubo que pagar el satélite, mas eso, para Sáez, es inversión, no gasto. Eso, además, es promocionar y mimar su deporte. Y eso es poner a las niñas a jugar al baloncesto sin que EE UU les dé ningún miedo.