Una sinfonía que, en realidad, es ya casi una cantinela repetitiva a estas alturas de temporada: ¿será capaz Marc Márquez de anotarse su novena victoria, sobre nueve posibles, en el Mundial de MotoGP? El próximo domingo, en Alemania, saldremos de dudas aunque lo evidente ya a día de hoy es que se trata de una posibilidad más que factible. Siempre lo es a la vista de su espectacular rendimiento de 2014, pero en Alemania quizá más que nunca si consideramos que, en los últimos cuatro años, el ilerdense ha ganado siempre en Sachsenring y además arrancando desde la primera posición de la parrilla: en 2010 en 125cc, en 2011 y 2012 en Moto2 y la pasada campaña ya en MotoGP. Es decir, sencillamente imparable y temible por tanto en su actual estado de forma.

Le gusta a Marc este revirado y corto trazado alemán y parece muy difícil que en condiciones normales nadie vaya a ser capaz de frenarle en su camino hacia un nuevo triunfo de esta racha histórica. Es obvio que insistirá, porque así es y así lo piensa, en que lo importante es la renovación del título y no los récords o los hitos, pero conociendo su ambición también se antoja fácil adivinar que prolongar su tendencia ganadora cuanto sea posible es ya otro de los desafíos de este fuera de serie. No extraña así que ya empecemos a calcular cuándo conseguiría su segundo título de la clase reina de seguir así las cosas (sería en el GP de Aragón, en MotorLand), porque ante un fenómeno como el suyo sólo se puede pensar que nada es imposible.