Juan Jiménez / Alfredo Matilla

El cuarto aniversario de la estrella y una final con rivalidad entre papas

Nostalgia. Hoy se cumplen cuatro años del Mundial ganado por la Selección en Sudáfrica. De aquel 11 de julio de 2010 han cambiado muchas cosas. Y no sólo los resultados. De los 23 campeones, 12 cambiaron de equipo durante este tiempo y uno (Valdés) incluso está sin ficha. Unos se movieron para progresar (Navas al City, Javi Martínez al Bayern...), otros en busca de nuevas aventuras (Villa a la MLS…) y otros como Marchena jugaron hasta en Segunda. Dos se retiraron pero, curiosamente, serán los únicos que estén en la final de Maracaná. Puyol, para llevar la Copa junto a Gisele Bündchen, y Capdevila, para comentarla en GolT.

Poder teutón. En ese Alemania- Argentina, el Bayern será el equipo que más jugadores aporte. Hasta siete internacionales le representarán a las órdenes de Löw: Neuer, Lahm, Boateng, Schweinsteiger, Kroos, Müller y Götze. Le sigue el Dortmund con cuatro. City, Arsenal e Inter tendrán a tres. Real Madrid (Khedira y Di María), Barça (Messi y Mascherano) y Nápoles, dos. Otros 18 equipos tendrán a uno. Desde el poderoso Chelsea al Monterrey.

Duelo papal. Alemania y Argentina esperan tener ayuda divina. Cada uno tendrá a un Papa de su parte. La Mannschaft contará con el apoyo del anterior Pontífice, Joseph Ratzinger, pese a que jamás le gustó el fútbol. “Cuando era pequeño nunca me elegían” reconoce herido. La albiceleste, por su parte, tendrá la ayuda de Francisco I, amante del fútbol y simpatizante de San Lorenzo de Almagro. El Vaticano informó ayer que no verán el partido juntos. Que sea lo que Dios quiera.

Mofa. Brasil es el centro de todas las bromas. La última, de la federación de Tahití, que le ha pedido un amistoso por Twitter visto su potencial. Pero el temor real de los brasileños es otro: que Messi y compañía ganen y que el hit argentino Decime qué se siente retumbe. Su autor, Ignacio Harraca, tendría la culpa. “Empecé a pensar la canción bajo la ducha”, desveló en Clarín. La letra es nueva pero la melodía es conocida. Es el estribillo de Bad Moon Rising, del grupo estadounidense de los 60 Creedence Clearwater Revival. Otra versión, Con la jefa los soldados de Perón, se escucha en la Casa Rosada cada vez que la presidenta Kirchner sale a saludar.